Una deliciosa receta tradicional cubana que trae todo el sabor del Caribe a tu mesa. Perfecta para celebraciones y reuniones familiares.
Tiempo
5 horas
Porciones
10-12
Dificultad
Media
Calorías
450
por porción
Proteínas
38g
por porción
Grasas
32g
por porción
Carbohidratos
5g
por porción
En un mortero, machaca los dientes de ajo con la sal hasta formar una pasta. Agrega el comino, orégano, pimienta negra, jugo de naranja agria, jugo de limón y aceite de oliva. Mezcla bien hasta obtener una pasta homogénea.
Si no encuentras naranja agria (naranja amarga), puedes sustituirla por una mezcla de 2 partes de jugo de naranja dulce y 1 parte de jugo de limón o lima.
Realiza cortes profundos en la piel y la carne del lechón, espaciados aproximadamente cada 2-3 centímetros. Estos cortes permitirán que el adobo penetre mejor en la carne. Asegúrate de no cortar completamente a través de la pieza.
Frota el adobo por toda la pieza de carne, asegurándote de introducirlo bien en los cortes realizados. Coloca la carne en un recipiente grande o una bolsa de plástico resistente. Vierte el resto del adobo sobre la carne, cúbrela y refrigérala durante al menos 12 horas, idealmente 24 horas, volteándola ocasionalmente.
Cuanto más tiempo marines la carne, más sabor absorberá. Si puedes dejarla hasta 48 horas, el resultado será aún mejor.
Saca la carne del refrigerador al menos 1 hora antes de cocinarla para que alcance temperatura ambiente. Precalienta el horno a 160°C (325°F). Coloca la carne en una bandeja para horno con la piel hacia arriba. Reserva el adobo sobrante.
Hornea la carne durante aproximadamente 3-4 horas, dependiendo del tamaño. Durante la cocción, riega la carne con el adobo reservado cada 30 minutos para mantenerla jugosa. La carne estará lista cuando alcance una temperatura interna de 70°C (160°F) y la piel esté crujiente.
Para conseguir una piel más crujiente, aumenta la temperatura del horno a 220°C (425°F) durante los últimos 20-30 minutos de cocción, vigilando que no se queme.
Una vez lista, saca la carne del horno y déjala reposar durante unos 15-20 minutos antes de cortarla. Sirve el lechón asado caliente, acompañado de arroz congri (arroz con frijoles negros), yuca con mojo y plátanos maduros fritos.
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Perfect for roasting up to 100 lbs pig, this traditional Cuban roasting box is the ideal tool for preparing authentic lechón asado. Features durable construction, easy temperature control, and consistent cooking results.
Una variante popular donde se cocina el lechón en una caja de metal con carbón encima, lo que permite una cocción más rápida y una piel extremadamente crujiente.
Añade cilantro, orégano fresco y tomillo al adobo para darle un toque más herbáceo y aromático al lechón.
Incorpora ají picante o chile habanero al adobo para darle un toque de calor a la receta tradicional.
Las sobras de lechón asado se pueden conservar en el refrigerador durante 3-4 días en un recipiente hermético.
Para conservar por más tiempo, puedes congelar el lechón en porciones individuales, envueltas en papel aluminio y luego en una bolsa hermética, hasta por 3 meses.
Para recalentar, cubre la carne con papel aluminio y caliéntala en el horno a 150°C hasta que esté completamente caliente. Puedes rociarla con un poco de caldo o jugo para evitar que se seque.
¡Excelente receta! La preparé para el cumpleaños de mi esposo y quedó espectacular. La piel quedó crujiente y la carne muy jugosa. Todos mis invitados quedaron encantados.
Muy buena receta, aunque yo añadiría un poco más de comino al adobo para darle más sabor. También recomiendo marinar la carne por al menos 48 horas para un resultado óptimo.
Esta receta me recordó a la que hacía mi abuela en Cuba. El adobo es perfecto, aunque yo le añadí un poco de naranja dulce además de la agria. La piel quedó increíblemente crujiente. ¡Definitivamente la volveré a hacer!
Un Tempranillo o Malbec con cuerpo medio complementa perfectamente los sabores intensos del lechón.
Una cerveza lager cubana como Cristal o Bucanero es la compañía tradicional para este plato.
Un mojito o una cuba libre tradicional contrastan perfectamente con la riqueza del lechón asado.